Si vamos a fallar, fallemos rápido y barato
La incertidumbre es inherente a la innovación; el desarrollo de un producto trae consigo preocupaciones: ¿el mercado aceptará la innovación?, ¿Y si perdemos todo el tiempo, esfuerzo y dinero empleado en el desarrollo? Es necesario entonces disminuir la incertidumbre.
Un mecanismo para hacerlo es el desarrollo de prototipos. Un prototipo es una versión preliminar del producto llevado a usuarios para ofrecerles una muestra aproximada de lo que será el producto y sea validado. El desarrollo de un prototipo debe ser rápido y de inversión baja.
Desarrollar un prototipo podría trabajarse desde tres frentes: Funcionalidad, usabilidad y forma, con validaciones y ajustes entre cada frente. Las validaciones se tratan de poner nuestro prototipo en manos de usuarios, permitirles interactuar con él y capturar sus percepciones para ajustarlo.
Para validar funcionalidad deberíamos acercarnos a usuarios “pioneros”; que se centran en la aplicabilidad del producto y dejen de lado la forma. La usabilidad la validamos con los usuarios “mayoría”; que se centran en la practicidad y en la capacidad del producto para resolver una necesidad. En este punto el prototipo deberá ser funcional y fácilmente usable. Finalmente, con estos mismos usuarios (“mayoría”) podemos validar las características de forma y diseño estético.
Ahora, el desafío al que nos enfrentamos es: ¿cómo identificamos a los usuarios que poseen estos perfiles para probar nuestras innovaciones?
Jose Ricardo Yancy Avendaño
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